José Lezama Lima : La mar violeta añora el nacimiento de los dioses,
ya que nacer es aquí una fiesta innombrable,
un redoble de cortejos y tritones reinando.





LA RAZÓN DE UN NUEVO BLOG

Este Blog viene a llenar un espacio, donde los poetas y escritores noveles, que apenas comienzan a expresarse literariamente y no encuentran un sitio donde promover sus propias creaciones, puedan dar a conocer sus obras de modo original, sin sufrir ediciones.
Creemos, y esta es nuestra propia experiencia, que una vez que el propio autor revisa concienzudamente sus trabajos, va a ir él mismo encontrando la manera particular de editarlos. Es por eso, que además de publicar esos incipientes intentos literarios en nuestro Blog también ofrecemos un material didáctico que hemos extraido de numerosas fuentes para que ayude a la formación autodidáctica de nuestros amigos colaboradores.
Nosotros no corregimos estilos, ni hacemos ediciones. Solamente nos permitimos corregir los posibles errores ortográficos, el resto de la estructura de la obra literaria y estética se mantiene incólume.
Creo que este es un pequeño esfuerzo que bien vale la pena realizar para garantizar la continuidad del patrimonio literario y estético de las generaciones futuras, evitando así que se frustren talentos y capacidades que vendrán, sin dudas a enriquecer nuestra valiosa herencia cultural hispanohablante.
René Dayre Abella
Editor.

jueves, 11 de febrero de 2010

SI SUPIERA ESCRIBIR ® JAVIER MONROY

La inteligencia se caracteriza por una incomprensión natural de la vida.
Henri Bergson

si supiera escribir seria inteligente

y dejaria de asesinar en serie

o en forma desordenada

me pondria a producir con ingenio y disciplina

para sublimar este instinto indomable que me mordisquea el alma

si supiera escribir

derogaria la ley de la gravedad

la ley de la obedicencia debida

y la ley de murphy dejaria de causar viudas huerfanos y enanos morales

haria que el agua se derrame desde el planeta hacia el espacio

que concluya la prision de los objetos sobre la tierra

que la hierba deje de crecer hasta que pueda expresar su real voluntad

borraria el inmaculado orden de las cosas

de las ciudades bien trazadas

de las anatomias ergonomicas

de las pulcras relaciones humanas

y entenderia por que San Petersburgo es la ciudad de los huesos

si supiera escribir

el mundo no seria tan extrañamente normal

la sociologia hablaria de eliminar a los indeseables romanticos para enriquecer la interaccion de clases

la economia venderia cara su derrota ante las mañas del poder

la politica seria el arte de lo imposible

la biologia decretaria nuestros impudicos eslabones con la humildad de los protozoarios

y la medicina convertiria a los germenes grampositivos en hijos de las divinas gramputas

si supiera escribir

abandonaria las absurdas preguntas celestes

dejaria de interrogarme como sabes cuando es el final

cuando debes rendirte

cuando dejas de tener dudas de que no hay salida para ti

y que las unicas respuestas estan siempre bajo tierra

si supiera escribir

te haria los versos mas ingeniosos que me asaltaran

esculpiria con palabras sencillas y letales

cada sensacion que me obliga a despojar de oxigeno a seres y entes

cada tarde despues de la misa

si supiera escribir no estaria aqui

esperando a que pases por la puerta de mi casa

para expropiar tu cuello

y colgarlo junto a mis demas trofeos en esta antigua batalla

contra la mediocridad y el olvido

© Javier Monroy

domingo, 7 de febrero de 2010

LLUVIA UN NUEVO POEMA DE ROSSIBEL IPANAQUÉ MADRID

En las ventanas de mis ojos está lloviendo...
las salinas gotas resbalan burlonas por el cristal...
yo quiero saber si estoy viviendo...
yo quiero saber si he muerto ya...
Esta incesante precipitación me agobia...
vela la transparencia de mi mirar...
ahora ya no sé si hay gloria...
sólo sé que ya no debo amar...
Los truenos marchitan mi alma...
los rayos me asesinan sin piedad...
los relámpagos me exaltan...
pero finalmente me dejan en la oscuridad...
El amor es sólo un oasis,
una ilusión en el desierto...
un dulce y cruel invento,
espejismo de la soledad...
No ha parado, es más fuerte...
es más fuerte y devastadora...
devastadora e infernal...
Infernal lluvia de muerte...
© Rossibel Ipanaqué Madrid

La PaSiÓn De Un PoEmA HeChO ViDa LA PASIÓN DE UN POEMA HECHO VIDA POR: Rossibel Ipanaqué Madrid. * Publicado por Rossibel Ipanaqué Madrid el enero 6, 2010 a las 5:00pm

Yo tenía un poema brotando a borbotones de mi mente,
Nacía de mi corazón y moría entre mis labios
Se desvanecía entre las sábanas de mis mojados sueños...
Pero hoy, contigo, tengo la pasión de mi poema hecho vida...
Inundando por completo todo mi ser...
Avasallando mi entendimiento
Y sometiéndome irreverentemente a tu querer...

He dejado de comprarle quimeras al viento
Porque a tu lado no necesito de otro invento...
Vivo en un rinconcito especial a la izquierda de tu pecho
Y es el nidito más cómodo que ha encontrado mi aventurera avecilla,
Tanto que ya no quiero alzar, de nuevo, el vuelo...
El misticismo mágico del cielo, en tu mirada, lo tengo...
No me falta el aire, lo respiro de tu aliento...

La dulzura del amargo mundo la saboreé en tus besos
Entre tus brazos me cobijé del frío...
Me consumiste ardientemente con tu fuego...
Mientras, de tu mano, crucé la barrera que no cruzan las niñas...
Y -en la más clara de las noches- nacer el sol, vimos...
El sonido de una alarma no nos puso freno...
Estrepitosamente continuamos rumbo al limbo...
Ni fuerza humana ni divina reprimían el deseo...

El manantial del desierto fenecido ha surgido desde el suelo,
Y el poema que vivimos no fue escrito por Vallejo...
Es el fruto prodigioso de un furtivo anhelo...
Pintaste el gris de mi existencia con el color de tu sonrisa,
Renovando con tu luz mi mundo viejo...
Con dorados hilos he tejido un secreto
Para regalártelo en el fantástico momento
En que tu vida y la mía sean Santísimo Sacramento...

Caben en las palmas de tus manos todos mis suspiros,
Dejando en ellas marcadas huellas caladas con los gritos
Que se hacían más penetrantes que afilados colmillos...
Entre tanto, la vida nos tiembla, relampagueando chispas y cenizas
Que van acompasadas reconstruyendo un mito
Y haciendo huelga ante un eterno gemido
Estremeciendo cada fibra de mi alma en vilo
Y creando la pureza que cuatro veces destruimos...

© Rossibel Ipanaqué Madrid

sábado, 6 de febrero de 2010

EL AMOR NO EXISTE ® * Publicado por JAVIER MONROY C el febrero 6, 2010 a las 2:09am

A RAÍZ DE ALGUNAS COSAS LEÍDAS POR AQUÍ (Y POR ALLÁ) Y SO RIESGO DE SER PERSEGUDIO COMO HEREJE, RUPTURISTA, APÓSTATA, IMPÍO, ICONOCLASTA Y HASTA POSERO, ME ANIMO A COMENTAR SOBRE EL “AMOR”.

RESPETO EL DERECHO DE MUCHOS A CREER EN EL AMOR, EN EL CONCEPTO CLÁSICO, PERO TAMBIÉN REIVINDICO MI DERECHO A NO CREER EN ÉL. PARA ELLO, DEBO REFRASEAR ALGUNAS DE MIS IDEAS DE SIEMPRE.

¿DE VERAS CREEN EN EL AMOR (ROMÁNTICO)?
EL AMOR, COMO LAS PAREJAS LO ENTIENDEN, NO EXISTE.
ALGUNOS PENSAMOS QUE SÓLO ES UN VIEJO TRUCO DE LA QUÍMICA CEREBRAL, COMBINADA CON LOS CÓDIGOS MANIPULATORIOS Y DISOLVENTES DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO Y EL INFLUJO INTERLINEAL DE LA CULTURA JUDEO-CRISTIANA (EN SU ACEPCIÓN MÁS ORTODOXA). HABRÍA QUE REVISAR -RECOMIENDO- LAS ÚLTIMAS INVESTIGACIONES DE REPUTADOS ESPECIALISTAS (PSIQUIATRAS, SOCIÓLOGOS, BIÓLOGOS), COMO DONATELLA MARAZZITI O HELEN FISHER), QUIENES HAN HALLADO CORRELACIONES INDESLIGABLES ENTRE LA ELEVACIÓN DE LOS NIVELES DE HORMONAS COMO LA SEROTONINA, LA DOPAMINA Y LA OXITOCINA Y LA DETEMINACIÓN DE LOS ESTADOS AMOROSOS.

NO DIGO QUE LA BIOLOGÍA SEA LA ESENCIA DEL AMOR. PORQUE ÉSTE –LATU SENSU- TRASUNTA UNA ENERGÍA MULTIDIMENSIONAL QUE EXCEDE LOS ÁMBITOS DE LA ESTRUCTURA MOLECULAR, EVOLUTIVA O MORFOGENÉTICA.

EN CUANTO A LAS EXPERIENCIAS AMOROSAS PERSONALES DE QUIENES DEFIENDEN EL AMOR CLÁSICO, LAS RESPETO Y ADMIRO AL MÁXIMO Y POR ELLO LOS FELICITO DE CORAZÓN (LA EXPERIENCIA UNIVERSAL NO ASEGURA QUE EL AMOR EXISTE, SÓLO QUE MILES HAN VIVIDO PENSANDO QUE ASÍ ES -O FUE-). SIN EMBARGO, HE OÍDO ANTES COMENTARIOS PARECIDOS Y PIENSO ¿PODRÍAN SER CONFIRMACIÓN DE UNA DE LAS CUATRO FORMAS DEL ARTE DE AMAR QUE MENCIONABA FROMM. ¿NO HAY VERDAD EN QUE ESE TIPO DE AMOR ES UNA PULSIÓN DESESPERADA DEL HOMBRE POR SUPERAR ESE ISLOTE RECÓNDITO, ESE VÉRTIGO CANÍBAL, ESE AGUJERO NEGRO QUE ÉL LLAMA “SEPARATIDAD”, LA SOLEDAD ABSOLUTA CON QUE NACEMOS Y LUEGO MORIMOS, LA URGENCIA DE CONTAR CON UNA MULETA EXISTENCIAL QUE NOS PERMITA SOBREPONERNOS A LAS FATALIDADES E INASIBILIDADES DE LA VIDA, LA INCERTIDUMBRE FUNDACIONAL O EL EVASIVO SENTIDO DE LA EXPERIENCIA VITAL, ASÍ COMO LA INEXORABILIDAD DE LA MUERTE?

EN TODO CASO, ES PROBABLE QUE ESA PROPIA EXPERIENCIA SEA MÁS BIEN UNA APLICACIÓN DE LA FAMOSA "TEORÍA DE LA ADECUACIÓN", DE RAIGAMBRE ARISTOTÉLICO-TOMISTA: 'LA VERDAD ES LA ADECUACIÓN (NO LA IDENTIFICACIÓN) ENTRE LAS COSAS Y EL ENTENDIMIENTO. Y TANTO MÁS VERDADERA SERÁ MI COMPRENSIÓN, CUANTO MÁS SEMEJANTE SEA A LAS COSAS'.

FINALMENTE, COMPRENDERÁN QUE A ESTA ALTURA DE MI VIDA LAS EXPERIENCIAS ‘PAREJALES’ ABUNDAN -EN MI PAÍS Y EN EL EXTRANJERO-, PERO ANTES DE QUE ALGUIEN ME ESPETE QUE LA EDAD CRONOLÓGICA NADA TIENE QUE VER CON LA FENOMENOLOGÍA EXPERIENCIAL, DIRÉ QUE HE TENIDO VIVENCIAS “FELICES” (MIENTRAS DURARON, PUES LA FELICIDAD TAMPOCO ES UN ESTADO CONTINUO). POR ELLO, NO HABLO POR DESPECHO, COMO PODRÌA ALGUIEN ESTAR TENTADO DE AFIRMAR.

MIS PADRES CUMPLIERON EL AÑO PASADO MEDIO SIGLO DE CASADOS, ¿PERO ALGUIEN PUEDE DECIR QUE ÉSE ES EL MAYOR DESMENTIDO A MI AFIRMACIÓN DE QUE EL AMOR (ROMÁNTICO) NO EXISTE? I DON’T THINK SO. ERGO, NO CONFUNDAMOS AMOR CON COSTUMBRE; AMOR CON RESIGNACIÓN; AMOR CON HECHO CONSUMADO, AMOR CON DATO DE LA REALIDAD, Y FINALMENTE, AMOR CON PRAGMATISMO O UTILITARISMO (“¿PARA QUE DIVORCIARME EN MI VEJEZ?”).

AL FINAL, QUÉ ES -YA NO EL AMOR SINO- LA VERDAD? QUIÉN TIENE LA VERDAD? EXISTE SIQUIERA? PAUL AÚGUEZ DICE QUE “EL AMOR ES EL INTERCAMBIO DE DOS FANTASÍAS Y EL CONTACTO ENTRE DOS EGOÍSMOS”.

TRÁGATE TU IRONÍA ® * Publicado por JAVIER MONROY C .

La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe
Jacinto Benavente

Salió temblando de la ferretería. Dio la vuelta a la esquina, mientras ensayaba un nuevo método de aquietar sus manos (antes se burlaba de la fisiología de las hojas muertas; ahora entendía el poder dictatorial del viento sobre ellas).

Mientras atropellaba un pie con el otro, le pareció que una vecina lo saludaba de lejos con la mano. Se calmó al ver a un malhumorado anciano espantando lo que parecía una terca avispa.

La decisión no estaba madura, pero creía más fácil ejecutarla con las herramientas cerca. Estaba harto de los ‘métodos caseros de morirse’, de treintaiochos recicladas, cuchillos de cocina, sogas de albañil, ansiolíticos licuados, venenos para rata. La muerte voluntaria –pensaba- no debía ser un acto íntimo, tampoco gregario. Debía constituir una declaración, un manifiesto postexistencial, una pública puesta en escena. Los demás tenían derecho a participar de una resolución a la que también habían contribuido.

Se había hecho de dos desarmadores extralarge, guantes con revestimiento de asbesto para aislar la corriente eléctrica, una llave ‘pata de cabra’ y cuatro mancuernas de hierro puro.

Le parecía algo menos usual subir hasta la azotea de su edificio, romper con los desarmadores y la llave el acceso a la sala de máquinas del ascensor, manipular –guantes de por medio- algunos controles y cables, bajar al quinto piso, esperar a que alguien se pare a su lado, llame el elevador, y se abra la puerta, al vacío, con él como único pasajero cargado de pesas de hierro, y con un único testigo, vicario de la humanidad cómplice.

Sin embargo, tantas veces había pospuesto esa determinación, que ahora le martillaba la conciencia de si realmente deseaba largar todo al traste o actuaba por mero automatismo psíquico relativo (ese ‘pensamiento aburguesado’, que tanto criticaba en quienes consideraba peones del sistema).

Pensó que tal vez un examen más –uno más- sobre el peso cualitativo de su existencia podía servir para un dictamen final. ¿Acaso no era un axioma ver cinco veces la misma película y producir distintas interpretaciones?, se repetía.

Mientras cruzaba el parque, las ramas de los árboles le semejaban adustos jueces que le instaban a ser honesto consigo mismo, por vez primera (en la vez final). El ruido polifónico, masivo e indeterminado que envuelve cualquier espacio público, ahora parecía otorgarle un respetuoso silencio que le asegurara concentración y exclusividad sentipensante. Delante suyo, una bolsa plástica se erizaba en movimientos circulares, por la voluntad de una traviesa corriente. Esa es la metáfora de mi vida, se decía, con una sonrisa de medio lado.

Reflexionó entonces, casi llego a la quinta década y, a diferencia de mis pares, no cumplí con las expectativas del período natural de acumulación de bienes (no tengo una casa propia, ni auto, ni cuentas bancarias, y ni siquiera puedo pagar para que los domingos el periódico llegue a casa con el desayuno). En cualquier caso, todo lo que tuve lo perdí, sea por negligente, por buena gente, por dadivoso o por baboso. Al mismo tiempo, cancelado está ese promisorio horizonte que me auguraban mis maestros de escuela y luego de universidad (“ese chico es brillante y no sólo por su cociente intelectual, sino porque, a despecho de sus cortos años, ha comenzado a construir una visión del mundo de una racionalidad sólida e infrecuente”). Tampoco conseguí titularme en ninguna de las dos carreras que terminé. Tengo a cuestas dos divorcios, ningún hijo y ningún activo en la cuenta de la vida, diría Stephen Covey (sí, el de los 7 hábitos). Claudia, la única amiga que me llamaba el día de mi cumpleaños, se ha alejado también, de forma inexplicable. Mi padre murió sin que lograra reconciliarme con él. Mi terapeuta me confió que no podía seguir atendiéndome gratis. Y una vida moteada de mujeres, coca, alcohol y depravación me ha forjado una imagen imborrable e innegociable, que me cierra todas las puertas y regocija a mis enemigos gratuitos.

Pero lo que horadaba más a este ente de temperamento explosivo y débil carácter –sí, era posible que hubiera más- era haber logrado configurar una matemática de la vida, que después de todas las ecuaciones, teoremas y cuadraturas posibles, condenaba a la humanidad a una eterna dinámica conspirativa. A un modelo de exacción e iniquidad que nada que uno hiciere podría cambiar. Había probado que nueve de cada diez habitantes del planeta vivían en mundos paralelos sin advertirlo. Y, lo que le parecía peor, sin destrezas ni ganas de cuestionarlo. Y se reconocía exhausto de llamar la atención, de divulgar “las cosas como son”, de desasnar a cuanto gaznápiro se le cruzara, de arar en el desierto. La respuesta era casi siempre similar: “este tío habla huevadas”. Ante semejante escenario de resignación, mediocridad y oligofrenia extendida, para qué esforzarse. Ratificaba, como en la vieja canción, que ‘I don’t fit in here’.

Bajo esa coordenada fatalista e irreversible, maduraba sus ideas, pero, extrañamente, el hoyo negro vital comenzó a transfigurársele hacia un final en que, como un reinicio, la razón debía ceder a la pasión por quienes amaba, cualquiera fuera la idea de amor que, en ese momento, cupiera en su lexicario.

Sentía que aunque el mundo le pareciera sólo gris, atosigado de mentira, con una vocación natural por la autodestrucción y envuelto en uno de los infinitos multiversos, en lo personal, aún poseía esa idea libertaria y ultramontana que aprendió de Platón. Todavía era posible que sea él quien rigiera su destino, que optara sobre la gama que ‘la matrix’ le presentara. Si nada podía hacer por enmendar el pasado –ni siquiera ‘torciendo el tiempo’, como teorizaban los oráculos del laboratorio de propulsión de la NASA-, al menos le estaba dado elegir su día, hora y forma de fijar el acabamiento de su presencia terrenal. Y se cerró en que no quería que fuera de inmediato. Decidió abandonarse al amor por su familia, la única que siempre estuvo a su lado, a los libros y a ayudar a los más necesitados. Esto último, dicho con sarcasmo y frescura.

Cuando salió del parque, embebido en tales fecundas divagaciones, quiso cortar distancia a su departamento por una callecita poco transitada, pero que él conocía desde los ocho años, como a él lo conocían los que la frecuentaban.

El golpe fue seco.

“Es un tosco saludo-consigna de uno de estos parroquianos adictos”, se decía, al tiempo que apoyaba una mano en el muro. Pero el temblor de piernas, el mareo, la cianosis y la convulsión subsiguientes lo trajeron a la realidad.

Cuando pasó la mano por debajo de la última costilla izquierda, se dio con el mango de un cuchillo de zapatero enterrado al tope.

"Ah, mierda!, debe ser algún novato recién llegado al barrio, que no sabe quién soy" (la verdad, andaba tan ido que no recordaba el ultimátum dado por su dealer, al que debía ya cuatro mil dólares en deliveries, que nunca se honró en pagar).

El sicario fugó con su única posesión valiosa, un rólex ganado en un casino limeño a un ludópata turista japonés.

Mientras repasaba su vida a novecientos cuadros por segundo, se juraba que no caería a manos de nadie, sino de sí mismo y cuando él lo decidiera. No habría nadado tanto para morir en la orilla, a instancias ajenas. “Ningún parásito, hijo de puta ignorante, vómito de la Creación, va a despojarme de mi única posibilidad de ser libre, de elegir mi muerte, que me rehúso a que sea hoy”.

Dicho esto, y con veinte minutos transcurridos desde el asalto, optó por extraerse el metal del cuerpo de un brusco tirón.

Una hora después, el forense le leyó a la atribulada madre la epicrisis (hoja de ocurrencia): fallecido por ‘shock hipovolémico (insuficiencia circulatoria) debido a herida punzo-cortante en la arteria esplénica descendente”.

A manera de consuelo, el médico le confió a la octogenaria que la muerte “fue rápida”. “Le encontramos el arma blanca en la mano; por lo que presumimos que él mismo se la extrajo. Lo paradójico es que si la hubiera dejado donde estaba, el metal hubiera cumplido la función de tapón, y él habría llegado vivo al hospital”.

La madre, con un tono mezcla de orgullo e incertidumbre de ultratumba, comentó en voz alta: ‘Él sabía de todo. Es raro que no estuviera al tanto de eso'.



© Javier Monroy



QUE VIVAS, QUE MUERAS ® * Publicado por JAVIER MONROY C

Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es
Frédéric Chopin

Esta noche podría escribir unas líneas así

Bendigo los pasos que das hasta mí
cada cuanto

Respiro el aroma cálido del incienso
de los ramos coloridos
de los perfumes estrenados

Gozo del batir de mariposas emisarias del recuerdo
de las hojas fugadas del pino hasta mi regazo
de los rezos emotivos de los pasantes

Sé entonces que aún es posible soplar la espuma desde la cerveza
que el viento trae risas y esperanzas sobre los cerros
que la noche obscura sólo es promesa de una ciega luz
que la soledad es útil al pensamiento

Celebro el olor de los ritos domésticos
los ruidos ofertorios del día día
la tetera hirviendo allá en el fondo
la escoba alisando bichos en la alfombra
el zumo de rosas frescas en la sala

Comprendo así que bebes mis nuevas frases
que comulgas conmigo a una era de reinicio
que santificas el ácido que mueve mis carnes
que embutes con devota gula cada gesto en mí
que me enalteces como fuente nutricia de certezas
que se abre entre nosotros un confiable tiempo de logros y grandezas

o tal vez podría escribir estas otras

Nada sirve ya
Ni mi autocastigo ni tu desprecio
Ni mi propósito de enmienda
Tampoco tu olvido
Menos tu ira
Ni tu revancha
Ni mis juramentos

Me enferman las flores y sus colores ficticios
Los cantos las brisas el aire vacío
Encallece mis lóbulos tanta fe
tanto gozo
tanto amor vestido de mentira
de arte de verguenza

Me abruman los abrazos
las calculadas ansias desbordadas
la ayuda infecta y no pedida

reniego y abjuro de los solidarios
del aprecio
del cariño
del endose

Escupo en la cara del saludo
del afecto
del elogio fútil

De tanta mugre cordial
de los besos sépticos
de las lágrimas incorrectas

Pero sólo tengo ganas de decir

Púdranse musas malditas
Míseras calentadoras de ilusiones
Duerman bien en el proceso

Ni amores ni odios sirven
en esta caverna fría
aunque cálida de larvas, helmintos y moscas autócratas.