
Frédéric Chopin
Esta noche podría escribir unas líneas así
Bendigo los pasos que das hasta mí
cada cuanto
Respiro el aroma cálido del incienso
de los ramos coloridos
de los perfumes estrenados
Gozo del batir de mariposas emisarias del recuerdo
de las hojas fugadas del pino hasta mi regazo
de los rezos emotivos de los pasantes
Sé entonces que aún es posible soplar la espuma desde la cerveza
que el viento trae risas y esperanzas sobre los cerros
que la noche obscura sólo es promesa de una ciega luz
que la soledad es útil al pensamiento
Celebro el olor de los ritos domésticos
los ruidos ofertorios del día día
la tetera hirviendo allá en el fondo
la escoba alisando bichos en la alfombra
el zumo de rosas frescas en la sala
Comprendo así que bebes mis nuevas frases
que comulgas conmigo a una era de reinicio
que santificas el ácido que mueve mis carnes
que embutes con devota gula cada gesto en mí
que me enalteces como fuente nutricia de certezas
que se abre entre nosotros un confiable tiempo de logros y grandezas
o tal vez podría escribir estas otras
Nada sirve ya
Ni mi autocastigo ni tu desprecio
Ni mi propósito de enmienda
Tampoco tu olvido
Menos tu ira
Ni tu revancha
Ni mis juramentos
Me enferman las flores y sus colores ficticios
Los cantos las brisas el aire vacío
Encallece mis lóbulos tanta fe
tanto gozo
tanto amor vestido de mentira
de arte de verguenza
Me abruman los abrazos
las calculadas ansias desbordadas
la ayuda infecta y no pedida
reniego y abjuro de los solidarios
del aprecio
del cariño
del endose
Escupo en la cara del saludo
del afecto
del elogio fútil
De tanta mugre cordial
de los besos sépticos
de las lágrimas incorrectas
Pero sólo tengo ganas de decir
Púdranse musas malditas
Míseras calentadoras de ilusiones
Duerman bien en el proceso
Ni amores ni odios sirven
en esta caverna fría
aunque cálida de larvas, helmintos y moscas autócratas.
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